Los integrantes de Junts, Associació Catalana de Jueus i Palestins manifestamos nuestra más profunda repulsa por la declaraciones de Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) el pasado 24 de agosto ante el consejo revolucionario del partido Al Fatah.
Junts no tiene vocación de intervenir en la escena política interna de Palestina, sino de luchar por los derechos políticos y humanos del pueblo palestino dando a conocer en Catalunya su situación dramática bajo el régimen israelí de ocupación y apartheid, y denunciando los crímenes de lesa humanidad de que el Estado de Israel es responsable.
Nos indignamos ante las declaraciones judeófobas de Abbas, en las que justifica el exterminio organizado por Hitler y los nazis de la población judía en Europa por sus “practicas usureras” y “dudosos negocios”. Es del todo inadmisible legitimar el ensañamiento nazi –y de los regímenes cómplices- hacia la población judía y sus otras víctimas -el pueblo Rom, el pueblo polaco, homosexuales, enfermos mentales, oponentes políticos y otros- durante la Segunda Guerra Mundial. No entraremos en la polémica, estéril a nuestro entender, de si los judíos europeos son semitas (teoría rechazada por Abbas) o descendientes de jázaros (teoría defendida por él según la cual estos pueblos se convirtieron al judaísmo en bloque en la Edad Media). El término semita proviene de la lingüística (el árabe, el amhárico, el hebreo y el tigriña pertenecen a esta subfamilia) y pasó a ser utilizado por los teóricos de la jerarquía de razas en el siglo XIX, de allí el termino antisemitismo, al que preferimos judeofobia justamente para evitar esta discusión. Lo importante es que el proyecto sionista, amparado desde sus principios por el Imperio británico, fue y sigue siendo un proyecto colonialista e imperialista.
Abbas, de 87 años, cuyo mandato caducó hace más de una década, ya no representa a nadie, pero como conserva el título de presidente de la ANP nos parece necesario denunciar el carácter judeófobo de sus declaraciones, que son claramente dañinas para la causa del pueblo palestino que pretende representar y defender.
Es evidente que tienen un uso interno, populista, y que su intención es distraer a la población palestina de la bajísima popularidad en la que se encuentran él, su gobierno y la institución que preside, creada hace 30 años por los Acuerdos de Oslo. A pesar de la ilusión suscitada en su momento, después de tres décadas queda muy claro que solo han servido para desarmar la resistencia palestina, crear una burocracia que depende completamente de la ayuda exterior y limpiar la consciencia del Estado ocupante. La colaboración con este Estado en materia de seguridad forma parte de dichos acuerdos, pero es cada vez mayor la población palestina que los rechaza y es en este contexto que se deben interpretar, que no justificar, estas declaraciones.
Desafortunadamente, el mito, al que parece suscribirse Abbas, de un “complot judío mundial” que controla el Capital sigue vivo, no solo en los países árabes sino también en parte de la izquierda occidental, así que nuestra asociación debe seguir trabajando para desmontar ese mito y otros prejuicios.
Ahora bien, más allá de la “anécdota”, hay que establecer responsabilidades. Los responsables de la opresión que padece el pueblo palestino no son las personas judías que huyeron de la persecución rusa o nazi y que, por circunstancias vitales o históricas, acabaron emigrando a Palestina o, luego, al Estado sionista, sino la ideología sionista y sus promotores que establecieron este Estado por la fuerza militar, expulsando en 1948 a tres cuartas partes de la población palestina. Cabe recordar que al hacerlo contaron con la complicidad activa de la potencia británica mandataria, de Francia y, después, de Estados Unidos, y también de los Estados árabes que, uno tras otros, “han ido “normalizando” sus relaciones con él, dando así la espalda a la causa palestina.
La ocupación militar continúa en Cisjordania y los Altos del Golán. La presión sobre los palestinos de Jerusalén no cesa. Gaza padece todavía un embargo ilegal. Además, la situación se agrava por la asfixia de la economía palestina y la desposesión continua de tierras palestinas a través de la violencia de los colonos y el ejército que se ha traducido ya este año en más de 200 muertes: lo que podemos llamar una Nakba o catástrofe constante.
Desde su creación, el movimiento de liberación nacional palestino, a través de sus actores políticos, siempre ha declarado luchar contra el sionismo y los sionistas, y no contra las personas judías, sean israelíes o no. En Junts, Associació Catalana de Jueus i Palestins, tenemos muy claro cual es el enemigo a que nos enfrentamos y seguiremos luchando juntos, palestinos y judíos, con nuestros medios para derrotar a mitos, prejuicios y manipulaciones deshonestas, vengan de donde vengan.
Visca Palestina lliure!
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