MAI MES PER A NINGÚ Nunca más para nadie Never again for anyone
Carta abierta a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau
Se acerca el 27 de enero, “Día Internacional dedicado a la memoria de las víctimas del Holocausto”, día en que las tropas soviéticas liberaron el campo de Auschwitz y descubrieron el horror del genocidio nazi. El sentido que tiene para nosotros, miembros judíos de Junts, Associació de Jueus i Palestins, es reafirmar nuestro compromiso de luchar activamente contra cualquier forma de racismo y fascismo. Nos sentimos herederos de una tradición que lleva casi dos siglos defendiendo la liberación y emancipación, no sólo de los judíos, sino del resto de la humanidad.
Por ello hoy, en pleno siglo XXI, asistimos con enorme indignación y preocupación a la deriva fascista y racista de la sociedad israelí, un hecho que algunos achacan al nuevo gobierno recién constituido, pero que en realidad es una consecuencia de las raíces del proyecto sionista, que desde el principio excluía al pueblo originario de Palestina. El Estado colonial nace en la violencia de una operación de limpieza étnica que expulsó a tres cuartas partes de la población palestina en 1948 y se perpetúa a través de la ocupación militar, lo que deriva en una corrupción moral que ya denunciaba el filósofo judío Yeshayahu Leibowitz.
Hoy son muchas las personas e organizaciones judías, que pertenecen a un muy amplio espectro político, en Estados Unidos, Europa y el propio Israel, que denuncian la ocupación y el apartheid que sufre la población palestina y que exigen a sus gobiernos que apliquen sanciones. Un Estado judío, es decir un Estado que privilegia los derechos de un grupo o etnia sobre otro, es simplemente incompatible con la democracia.
La acusación de antisemitismo por parte del Estado de Israel es un anatema que solo sirve para silenciar la crítica. Invitadas al Congreso de los Diputados, tres compañeros -una judía y dos israelíes- fueron en noviembre a explicar porqué la crítica al sionismo y al Estado es legítima y necesaria y porqué no tiene nada que ver con la judeofobia. Es evidente que al proclamarse como representante de los judíos del mundo, el Estado de Israel, con su política de atropello de los derechos de la población palestina, es quien contribuye a la judeofobia.
Nosotros, como ciudadanos de Barcelona y también como judíos y palestinos, apoyamos plenamente la propuesta de poner fin a un hermanamiento sin sentido en el contexto político actual de una represión feroz del pueblo palestino (231 personas asesinadas en 2022, de los cuales 61 niños) y de una colonización que no para. Queremos que desde Barcelona se envíe una señal inequívoca que los Derechos Humanos deben primar sobre cualquiera otra consideración. Sin duda, el gesto simbólico de poner fin a un acuerdo de cooperación con la capital de Estado israelí sentaría un precedente en la historia de la solidaridad internacional.
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