Desde Junts, Associació Catalana de Jueus i Palestins, condenamos sin miramientos el asesinato a sangre fría de los miembros de la redacción de Charlie Hebdo y de las demás víctimas, y expresamos desde aquí nuestra solidaridad con sus familiares y amigos.
Sean cuales sean los autores de dicho ataque, aún no revindicado, y más allá de la emoción que nos embarga, debemos analizar cuáles son los objetivos del mismo, en el contexto actual de crisis económica y social que vive Europa, así como en el contexto claramente islamófobo y de rechazo a la inmigración que se manifiesta en los ataques armados a mezquitas en Suecia, las manifestaciones de Pegida en Alemania, o en la retórica populista de partidos como UKIP en el Reino Unido y el Front National en Francia.
El objetivo perseguido por los asesinos, sean quienes sean, es demostrar a unos y a otros que la convivencia entre musulmanes y no musulmanes es imposible en Europa. En efecto, lo más probable es que en las próximas horas y los próximos días asistamos a actos de violencia contra símbolos o personas musulmanas, provocando así una espiral de violencia, en la que las emociones se impondrán sobre cualquier tentativa de análisis en frio de lo ocurrido, dividiendo y enfrentando las poblaciones entre sí, poblaciones y personas que a menudos sufren los mismos efectos de las medidas de ajuste tomadas por los gobiernos neoliberales europeos. Así mismo, aparece un chivo expiatorio ideal, una población fragilizada, los musulmanes de Europa, como antaño, en los años 1930, los judíos fueron designados como responsables de todos los males después de la crisis del 1929. Ésta misma idea de que los judíos eran inasimilables, imposibles de integrar, fue aceptada por el Sionismo, quien se valió de las persecuciones para promover la idea de un Estado sionista en Palestina, y que todavía utiliza Netanyahu para instar los judíos europeos a abandonar el barco europeo después de cada atentado islamista. Daesh, en el supuesto que sea autor del atentado, persigue la misma lógica y busca enfrentar a la clase obrera europea, una franja importante de la cual proviene de países islámicos y de las antiguas colonias, de segunda o tercera generación, siguiendo la misma ecuación de no asimilación.
Por otra parte, el atentado contra una revista satírica que, históricamente es hija del 68 francés, dificulta el que sus lectores vayan a simpatizar con quienes son las segundas victimas del odioso atentado: las poblaciones musulmanas y provenientes de la inmigración, alienando aún más dichas poblaciones de quienes intelectualmente deberían estar a la vanguardia de la lucha antirracista.
No nos dejemos dividir. Todas y todos somos las victimas de políticas que están destruyendo los tejidos sociales en los barrios, la vida de las familias más modestas, enfrentando la Europa del Norte con la del Sur, los trabajadores de una u otra confesión entre si. No nos dejemos manipular, ni vencer por el fascismo y el fanatismo, vengan de donde vengan.
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