Anat Kam, joven periodista israelí, cumple su servicio militar en el Alto Mando del Ejercito y descubre unos hechos que hacen mella en su consciencia y la llevan a transmitir esta información a un conocido del diario Haaretz, Uri Blau.
A pesar de los riesgos incurridos, esta valiente joven no lo dudó porqué nos dice que a la luz de la historia, los crímenes del ejercito israelí no debían permanecer ocultos.
Ahora, Anat Kam, está bajo arresto domiciliario y se arriesga a ser condenada a cadena perpetúa.
¿Porqué? Por haber dado pruebas a la opinión pública de lo que todo el mundo sabe: el ejército israelí, Tsahal, un ejército supuestamente “moral” de la supuestamente única democracia de la región, asesina a conciencia a sus oponentes políticos, es decir a los militantes palestinos que no se rinden ante la ocupación y colonización de su tierra, Palestina.
Después de las invasiones punitivas del Libano, en 1992 y en 2006, después de la masacre de Gaza en 2008 ¿quién puede todavía creer en la superioridad moral del ejército israelí y de sus altos mandos, cuyos crímenes de guerra han sido puestos en evidencia por el informe del Juez Goldstone para Naciones Unidas?
Cada día que pasa demuestra que este gobierno israelí de extrema derecha no tiene intención de renunciar a la colonización y practica una política de hechos consumados, con toda impunidad, ante la pasividad de los gobiernos de la UE y de EEUU.
Por eso, a las personas como Anat Kam, que ponen su vida en juego para revelar la verdad, hay que mostrarles todo la solidaridad que podamos.
Desde Junts, Associació Catalana de Jueus i Palestins, queremos expresarle nuestro apoyo y decirle que no está sola en esta lucha.
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